La Muerte como una revelación permanente en nuestra vida, la indeleble sucesión de muerte y duelo que nos acompaña, desde el nacimiento hasta nuestra muerte física, es el recorrido que planteo en mi tesina. Abordo el duelo como un proceso natural de desapego cuya expresión e intensidad variará dependiendo del sujeto y el vínculo que este tenga con el objeto de la pérdida.

Hago una mención especial al duelo en la infancia y la adolescencia, reflejando la importancia de crear una pedagogía sobre la muerte que ayude a niños y adolescentes. Es importante preparar el camino por adelantado para que puedan abordar de forma sana las diferentes muertes a las que harán frente a lo largo de su vida. En definitiva, como dice Nolla (1999-2000), educar sobre la muerte es hacer una pedagogía hacia la vida.

Planteo la Terapia Gestalt, además, como un acompañamiento que permite un proceso de muerte del ego y de renacimiento de lo genuino y espontáneo en la persona. Esta manera de acompañar, como el contacto con la muerte, nos permite un camino de transformación que nos direcciona a una vida más plena.

Palabras clave: Muerte, duelo, proceso, pedagogía, infancia, adolescencia, transformación, vida.