Imagen
Acompañamiento gestáltico solidario
7 de Octubre de 2024
"Proporcionar una relación con una calidad en la intervención como se promueve desde la Gestalt, es proporcionar un espacio para su desarrollo personal", entrevista a Cristina Bravo
Párrafos
Imagen
Cristina Bravo

Para quienes no conocen el proyecto, ¿puedes explicarnos en qué consiste el Acompañamiento Gestáltico Solidario y cuál es su propósito principal?

La Comisión Social desde el año 2016 desarrolla una fórmula para favorecer el acceso a un proceso terapéutico para personas que tienen dificultades socio-económicas y no les es posible el pago de los precios que se solicitan. Facilitar el acceso de la terapia a personas con dificultades económicas en el presente, es actuar en el aquí y ahora de la necesidad, la justicia social y la solidaridad. Uno de nuestros motores es la mejora de la consciencia y calidad de vida de las personas, no sólo de aquellas que tienen capacidad para pagarlo, así se favorece la equidad y la igualdad de derechos, y, en concreto a la salud mental e integral. Con esta conciencia y estas acciones como terapeutas podemos cambiar poco a poco la deshumanización de una sociedad productivista e individualista, en la que a la calidad de vida se accede por el poder adquisitivo. Con estas mínima propuesta podemos favorecer unas relaciones más conscientes y sanas, aumentar el sentir individual y colectivo,  participar en el cambio a un mundo más justo y comprometido. 

 

Este proyecto está dirigido a personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica. ¿Cuáles son los principales retos que enfrentan estas personas en relación a la salud mental, y cómo crees que la Terapia Gestalt puede ayudarles?

 

La realidad que vive un alto porcentaje de la población es el acceso limitado a los recursos de salud mental y de una salud integral. Son muchas las variables interconectadas que afectan a que reciban una atención de calidad y ajustada a sus circunstancias. Por ejemplo, muchas personas que necesitan acudir al servicio público de Salud Mental, primero han de ser valoradas por Atención Primaria y posteriormente si esta profesional lo valora, derivarse al servicio de Psiquiatría y Psicología. Este proceso puede durar varios meses, depende del lugar en el que se viva, lo que yo me he encontrado durante más de 20 años de trabajo es un mínimo de mes y medio para la primera consulta, y esto, si han sido derivadas/es/os de forma preferente. 

Dependiendo del malestar, la dificultad emocional, psicológica y social que se esté viviendo, este tiempo de espera sin una atención de calidad, aumenta la sintomatología y el sufrimiento. En muchas ocasiones, se receta un psicofármaco para atender a los síntomas, pero no se recibe una terapia, un acompañamiento humano que genere una conciencia del proceso que está viviendo y se cree un vínculo terapéutico que promueve el bienestar. 

Es en esta realidad en la que el servicio de Acompañamiento Gestáltico Solidario puede actuar. Proporcionar una relación con una calidad en la intervención, presencia, escucha, consciencia y mirada humanista, como se promueve desde la Gestalt, es proporcionar un espacio terapéutico para su desarrollo personal. 

Muchas personas no tienen una situación socioeconómica con la que puedan pagar este tipo de acompañamiento profesional y esto es una pérdida de derecho a la salud mental y la salud integral. Por tanto es una injusticia social, en la que podemos incidir, poco y con humildad, desde este servicio propuesto. 

Tengamos en cuenta que la mayor parte de las personas que pueden necesitar el Acompañamiento pueden tener una intersección de vivencias de opresión, lo que aumenta el malestar y sufrimiento. Por ejemplo, desde mi experiencia, me he encontrado que suelen ser personas que rozan la pobreza, migrantes, mujeres, que han sufrido diferentes violencias en diversos contextos, que tienen un trabajo con una amplia jornada y baja remuneración, que delegan su salud anteponiendo el cuidado de otras personas, etc. Esto es sólo un ejemplo, pero hay muchas y diversas realidades, en las que la misma situación les impide acudir a espacios terapéuticos también por falta de tiempo. 

Por todo lo referido, explicito que el proyecto de Acompañamiento se enmarca desde una propuesta de justicia y compromiso social y humanista, y para nada, desde un asistencialismo arcaico en el que la persona que ayuda está por encima. No, es una acción que hoy la necesitan más una personas que otras, reconozcamos y seamos conscientes de nuestros privilegios respecto a otras personas, pero nunca se sabe si podemos llegar a necesitar recursos como este, o quizá los hemos ya precisado. Es un acto de solidaridad, empatía y conciencia social, nadie está por encima, pero las circunstancias vitales no nos tocan por igual. 

 

Desde la perspectiva de la AETG y tu experiencia personal, ¿Qué papel juega la solidaridad dentro del ámbito terapéutico? ¿Por qué es importante que proyectos como este existan?

 

La Comisión Social, trabaja por aumentar y dar voz a la conciencia social, la solidaridad es un ejemplo de esta conciencia. Conciencia social la entendemos como la mirada más allá de la individualidad, de las características personales pues vivimos en sociedad, vivimos en relación. Dar a conocer esta necesidad de acceso a terapia es también un papel de sensibilización, que queremos hacer llegar a las personas participantes de la AETG. De la conciencia social al compromiso social, es otro intento de cambio que la Comisión persigue. Y dentro de las acciones que queremos realizar está la del Acompañamiento Gestáltico Solidario.

Además, la Terapia Gestalt es humanista, no se centra en el estudio y trabajo de la individualidad, por lo que crear un recurso como el Acompañamiento es una manifestación del humanismo, en el sentido que es una colaboración con otras personas, tener en cuenta otras necesidades, la diversidad de situaciones y experiencias, una actuación comprometida, compartida, responsable, participativa y realista con la sociedad actual. Esta iniciativa nos ayuda a pensar que todas las personas podemos llegar a tener situaciones con elevada precariedad, todas podemos llegar a necesitar de estos servicios; en la conciencia de estos aspectos y actuación común, está el verdadero cambio.

 

Uno de los puntos clave del proyecto es que los terapeutas involucrados lo hacen de manera altruista. ¿Qué impacto crees que tiene para los propios terapeutas el ofrecer este tipo de apoyo a personas vulnerables?

 

Las personas que podemos acceder económicamente a la terapia somos privilegiadas. Dado que consideramos un privilegio acceder a fuentes de salud como es la terapia, estamos en el lugar idóneo para ofrecer este medio y aumentar la conciencia personal, de las relaciones y social. Ofrecer este Acompañamiento es un cambio de lo personal a lo social, en el camino de la igualdad y la equidad, es tener la conciencia de que podemos cambiar para mejorar nuestro alrededor y es compromiso porque actuamos para hacerlo, es política de cambio social.

Como Comisión Social uno de nuestros ejes es el compromiso y cambio social, en el intento de favorecer la calidad de vida de las personas, desde lo que cada una/o puede y quiere hacer. Ya conseguimos  establecer el Servicio de Escucha y Acompañamiento en el confinamiento por Covid-19, lo que fue un  éxito de colaboración de voluntariado y se gestionó desde nuestra Comisión Social, con un impulso a  la atención humanista, gestáltica, solidaria y plural. 

El impacto para las/los/es terapeutas es el enriquecimiento profesional, contactar con las necesidades sociales y las múltiples precariedades, ver e intervenir en las realidades que no llegan ni a los despachos ni a las formaciones, aprender de las personas que son múltiplemente oprimidas, reconocer nuestro lugar de privilegio y relativizar, crear un acto humanista, auto-cuestionamiento y desarrollo, mejorar la experiencia profesional con diferentes colectivos, concienciarnos de que todas las personas no tenemos las mismas posibilidades, pero sí podemos mejorar el acceso a los derechos, como es el de una salud integral y un buen trato.

 

Este servicio está limitado a 40 sesiones. ¿Por qué se ha establecido este límite y cómo se gestiona el seguimiento de las personas después de finalizar el acompañamiento?

 

El límite de las 40 sesiones se ha definido haciendo un recuento del número de sesiones que se puede tener en un año. Queremos ofrecer un acompañamiento que pueda ofrecer una toma de conciencia y una vinculación terapéutica que posibilite un proceso y no una atención puntual o breve (por ejemplo, lo que sí se ofreció en el servicio de Acompañamiento en Covid-19). 

La propuesta posteriormente es hacer una evaluación del proyecto, analizando las intervenciones realizadas y las demandas. En el documento explicativo se define cómo ha de finalizar la relación de acompañamiento y el compromiso adquirido en ambas personas. En la propuesta de origen desde la Comisión Social no queríamos que hubiese un tiempo limitado. Se ha definido así en acuerdo con la AETG para que pueda darse salida y comenzar lo que lleva tanto tiempo propuesto, también asumiendo que el número limitado de sesiones favorece la consciencia de la responsabilidad del proceso en pacientes y terapeutas. Con el paso del tiempo y la realidad, hay aspectos como el del número de sesiones que pueden ser variables. 

 

Desde tu perspectiva, ¿Qué te gustaría que cambiara en el sistema de apoyo psicológico y emocional en España? ¿Qué papel crees que debería jugar la Terapia Gestalt en este sistema?

 

Con esta pregunta la cabeza se me activa y podría enumerar cientos de propuestas, pero no es el lugar. Cambiaría desde el aumento suficiente de la dotación presupuestaria, un incremento abismal del personal cualificado, el reconocimiento de muchas profesiones -además de la psicología y medicina-, que son también terapéuticas (educación y trabajo social, entre muchas otras), la calidad en la relación terapéutica con una mayor humanidad, respeto, presencia y tiempo, el aumento de formación de las profesionales (por ejemplo en temáticas de violencias, violencia de género, diversidad sexual y de género, duelos migratorios, interculturalidad, terapias de las propias profesionales, etc.), la propia estructura patriarcal del sistema de salud, y una pluralidad de acciones más.

La Gestalt, o las personas que trabajan desde la orientación y actitud gestáltica, unida a otros compromisos personales y profesionales (como los que he enumerado brevemente cuando nombro la necesidad de tener ciertas formaciones) es la calidad terapéutica que podemos ofrecer y a la que no llega el sistema público. Todo esto que he mencionado para cambiar del sistema de apoyo psicológico y emocional, no se enmarca sólo en el acompañamiento, si no, dentro de mi posicionamiento político y de acción social. Somos seres en relación y todas nuestras acciones y omisiones, están vinculadas a una responsabilidad individual y colectiva. 

 

Estamos en un momento donde la salud mental está ganando más visibilidad, pero sigue habiendo muchos estigmas. ¿Cómo podemos, desde la AETG y proyectos como este, contribuir a romper esos estigmas?

 

Tenemos mucha fuerza de acción y de visibilidad en la actualidad, lo que supone también una mayor exposición y riesgo. Si cogemos esta fuerza y desarrollamos acciones más comprometidas, más enfocadas en la realidad presente, se atravesarán las barreras que aparecen. Como he referido en la pregunta anterior hay numerosas propuestas que pueden hacerse y que incluso desde muchas escuelas y equipos dentro de la Gestalt ya se están desarrollando.  La Comisión Social siempre ha trabajado por visibilizar otros contextos diferentes a la terapia individual donde se aplica la Gestalt y, además, promover acciones de cambio y enriquecimiento (han sido expuestas en varias ocasiones).

Enumero sólo algunas acciones que dotarían de enriquecimiento a la Gestalt, tanto en la formación como en la intervención, que servirían también para fortalecer la calidad y luchar contra los estigmas: 

  • Inclusión y profundización desde diferentes teorías y perspectivas: Feminismo, Diversidad de Género y Sexual, Interculturalidad,  reconocimiento del valor terapéutico de todas las profesiones y conocimientos diferentes a la Medicina y la Psicología, revisión y actualización de materiales formativos -como de actitudes y dinámicas-, ampliar la intervención y formación gestáltica a otras poblaciones - infancia, adolescencia, familia, grupos, instituciones, etc.-, incidir en la importancia de la Gestalt y la educación, creación de mayor material publicado, etc. 
  • Diseñar acciones que favorezcan y aseguren la calidad de la atención y la formación.

 

  • Generar y aplicar protocolos para limitar y actuar en los casos de abusos de poder, acosos por razones de sexo, género, raza, etnia, entre muchas otras; cuando se producen dentro de la AETG y cuando vienen de fuera. 

 

  • Recuperar, recordar y volver a sentir la "presencia" gestáltica, lo auténtico de nosotras/es/os que hemos podido llegar a través de la Gestalt y seguir ofreciéndolo, sin perder de vista el encuentro genuino, con verdad y con tiempo. 

Podría seguir escribiendo propuestas, pero está bien hasta aquí. Quiero nombrar que muchas de estas acciones se hacen  ya desde las Comisiones de la AETG y los grupos de trabajo, a los que considero que hay que conocer, escuchar y dar más voz. 

 

Mirando hacia el futuro, ¿Cómo ves la evolución de este proyecto? ¿Qué metas o sueños tienes para su desarrollo en los próximos años? 

 

El sueño es que pueda crecer y favorecer el acompañamiento de calidad al mayor número de personas posibles. Por supuesto, es un servicio desde las terapeutas de forma voluntaria, que quizá puedan y quieran participar en unos momentos y en otros no, totalmente compresible y respetado. 

Otro deseo es que cada vez más personas dentro de la AETG puedan considerar su aportación con un compromiso más social, participativo, comunitario, grupal, y no tanto en solitario o sólo dentro de un despacho; esto es asumir acciones y encuentros donde está la actitud humanista y gestáltica, así como la justicia social. 

Hay muchas personas dentro de la AETG que están queriendo participar pero al no ser titulares no les es posible. Quisimos desde la Comisión Social que se abriera a terapeutas Gestalt que han finalizado toda la formación, incluso que hayan tenido un bagaje de experiencia, para siempre favorecer un servicio con calidad. De momento el acuerdo al que se ha llegado es que sean asociadas/es/os titulares, pero confiamos en que esto pueda abrirse y flexibilizarse, pues como pensamos, hay muchas personas profesionales con muchas años de experiencia y con ganas de participar, que se están quedado fuera. 

Es un proyecto con actitud gestáltica, humanista, responsable y mucha consciencia, espero que sea sólo el comienzo.